Clavas la mirada en la pared de enfrente, como perdida en un horizonte que no existe, porque estás en tu habitación y te acaba de sonar el despertador. ¿Que tienes una enfermedad que te produce dolor crónico? ¿Que tu enfermedad hace que siempre estés siempre cansada? ¿¡A quien coño le importa!? en este mundo la endometriosis no se considera enfermedad incapacitante, así que levántate y a trabajar, que de algo hay que vivir y tienes que comer. Sin gluten claro.
Así que sales a la calle, con dolor y cansadísima y piensas que todo el mundo se está dando cuenta, o eso esperas. Esperas que la gente no piense que esa cara de comer limones es tu cara normal, porque aunque quizás no seas la más guapa del barrio, sabes sacarte partido y has aprendido que no debes usar el eyerliner si te has tomado dos tramadoles seguidos y que es mejor no abusar del rímel si no quieres parecer un oso panda cuando te entre la llorera. Porque la llorera te entrará, y además cuando menos te lo esperes, el detonante puede ser un pinchazo, un cólico, un bebé, una foto de la fiesta que se pegaron tus amigas el finde anterior y a la que, por supuesto, tú no pudiste ir porque te encontrabas mal, o el bocadillo de jamón que se come tu compañera de trabajo para desayunar (porque estás siguiendo la dieta de la endo). Así que esperas que la gente se de cuenta de que las caras que pones no son porque seas una borde sin compasión, o que las respuestas monosilábicas no son porque tu interlocutor te caiga como el culo (bueno, a veces sí) simplemente es que 3 cuartos de tu cerebro los estás usando para aguantar el dolor y el otro cuarto te sirve para respirar.
Y mientras esperas el autobús o el metro rezas, que digo rezar, ¡suplicas! que haya un asiento libre porque sabes de sobras que si estás de pie más de 5-10 minutos empieza lo que yo llamo «el mambo abdominal» que es simplemente que todas tus adherencias, endometriomas, cicatrices de las cirugías etc. te duelen a la vez, y no sabes porqué, porque sólo estás de pie, no estás haciendo ningún esfuerzo ni nada pero el abdomen te empieza a tirar, y a tirar, y a tirar y llega un momento en que te planteas si ponerle una pistola a la chica que acaba de pillar sitio y decirle «El asiento o la vida», pero te contienes, porque en tu casa te han enseñado que ir por ahí encañonando a la gente con un arma no está bien, así que cambias el peso de pierna y metes la mano en el bolso a ver si encuentras un tramadol, un nolotil o algo, y te lo tomas sin agua y sin nada, ahí a lo bruto, como buena enferma crónica que eres, porque has aprendido a tragar tantas pastillas que si te apuran puedes tragarte un paracetamol sin agua, SIN AGUA. Que el cabrón se hincha y se deshace en cuanto hace contacto con la lengua y está amargo a más no poder, pero tú con dos ovarios (si aún los conservas).
Llegas al trabajo y como es lunes, tus compañeros te preguntan que has hecho ese fin de semana:
– «¿Que tal el fin de semana?»
– «Bien, en casa descansando» – Y pones tu mejor sonrisa, fingida por supuesto, porque has aprendido a fingir tanto «estar bien» que te planteas ir a algún casting para alguna peli, porque te pillan seguro.
– «Ai pues que suerte, yo no he parado en todo el fin de semana, el viernes por la noche salí con mis amigas, el sábado tenía barbacoa con los amigos de mi novio y claro, alargamos, y el domingo me fui al cine con él, de tranquis. Total que no he parado y hoy estoy muerta».
A esas alturas ya no te quedan cuartos en el cerebro para poder explicarle el porqué no es ninguna suerte el haberte tenido que quedar en casa todo el fin de semana, y el porqué necesitas descansar, simplemente es que o trabajas o tienes vida social, las dos cosas teniendo endometriosis no se puede y muchas veces no se puede ni una, así que sigues sonriendo, como si llevaras dos chinchetas clavas en la comisura de los labios, y después de que todos tus compañeros te expliquen lo que han hecho en sus respectivos fines de semana (mientras tu les echas la peor de las maldiciones gitanas, tres veces) te sientas en la mesa, con una infusión y algo de fruta e intentas pasar el día lo mejor posible pero, en algún momento del día tendrás un pinchazo, un cólico, espasmos intestinales, de útero o de ovarios y entonces es cuando te agarrarás a la silla, a la mesa o lo que te pille cerca e intentarás silenciar los gemidos que te salen de la boca, porque te salen unos gemidos que ni en la mejor peli porno oye (a ver si el casting al que tienes que ir va a ser para opositar a actriz porno…¡Ah no, mierda! que no recordabas que cada vez que echas un polvo luego te quieres morir de dolor, bueno, siempre te quedará doblar pelis porno al castellano) si tienes suerte el dolor durará poco y si tienes mala suerte, lo que viene siendo habitual en las mujeres con endometriosis, tendrás que esconderte en el baño para poder llorar del dolor tranquilamente. Ya te avisé de que la llorera te iba a entrar en cualquier momento pero tú venga ponerte capas y capas de rímel.
Y así pasan las horas y llega la hora de irse a casa y de nuevo viajar en el transporte público, y cuando te encuentras de pie otra vez rezando por poder sentarte después de toda la jornada laboral, te juras y perjuras que el próximo día que te entre dolor agudo te irás a casa o que como mínimo pedirás asiento en el metro o en el bus, pero tantos años aguantando dolor mientras los médicos te contaban la milonga de que era normal el dolor de regla han hecho que seas un poco masoquista y al final, ni pides asiento ni te vas a casa, aguantas estoicamente mientras recitas tu mantra «que no me dé el cólico intestinal ahora, que no me dé el cólico intestinal ahora, ahora no por dios, por Dios, por RA, por Buda, por Zeus…¡que aquí no hay baño, joder!».
Cuando llegas a casa buscas a tu mejor amigo, el sofá, y lo abrazas con tanto amor que hasta piensas salir con él el día de Sant Valentín, porque de la amistad al amor hay un paso y lo vuestro es una relación consolidada.
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Increíble relato. He tenido que leerlo en dos partes porque había entrado la llorera en el metro. Es verdad ya no uso rímel! Jajajaja!!!
Me ha encantado y como siempre tus relatos mes hacen más fuerte y veo que no estoy sola en el mar de dudas. Mil besos 😘
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Yo no puedo parar de reirme, gracias por ese sentido del humor tan brillante y por sacarnos una sonrisa o mejor unas buenas carcajadas con lágrimas incluidas, pese al temita, que tiene tela…..
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Buenisimo: real como la vida misma, la vida de las que tenemos endometriosis y tenemos que sufrirla casi en silencio
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Gracias por tu relato cada vez que salgo tengo que rezar para que no me de cólico intestinal.
Me siento feliz de saber que no estoy sola en esta enfermedad que nadie entiende
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Cada vez que veo una entrada tuya en la bandeja de mi correo, es un soplo de aire fresco! Me alegras el día, y gracias también por tus relatos y por los comentarios en FB. Un abrazo enorme de una catalana en Gran Canaria.
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Acabo de descubrirte y no sabes lo aliviada que me siento. Yo he tenido que dejar mi trabajo, llegó un momento en que era imposible que me diesen más días, mis dolores desde hace dos meses son constantes. Puedo estar 1 dia bien, pero ya. Lo de hacer planes… me da pánico ya, porque nunca sabes cómo te vas a levantar ese día. En los días mas duros de crisis, que suele der antes de la regla, he llegado a desmayarme más de una vez en 1 día. Y una se pregunta, por qué no la consideran enfermedad incapacitante si claramente lo es?
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Te acabo de descubrir en una desesperacion de encontrar una solucion a esta enfermerdad que te amarra a estar tumbada e intentando respirar..
Gracias, gracias por sacarme sonrisas entre lágrimas, gracias por compartir tus relatos, gracias por hacerme ver que somos muchas…. confío en que aalgún día entre todas encontraremos remedio a esto. Un abrazo enorme!! :*
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en la clinica cada que pido tramadol en la vena me ven como si fuera una drogadicta es tan real tu relato
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Joder! Que bueno! Me has relatado mi día a día! Me has hecho sentirme identificada y también llorar. Todo es normal, según tantos y tantos médicos que he visitado. Hace poco que me la diagnosticaron y es tal como lo cuentas, no poder salir porque siempre estás cansada, sofá y Netflix como mejores amigos y la gente que te rodea que no y no te entienda. Ahora estoy asimilando que lo que me pasa es crónico junto con mi intolerancia al gluten y van a acompañar toda mi vida. Gran articulo! Un abrazo!
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Tengo endometriosis y el otro dia tuve in episodio en donde creí que me iba a explotar todo!!!! Fue a urgencia (nunca un dolor me habia hecho llorar) y cuando por fin pude pasar al triage, me dicen: no tiene fiebre, tiene buenos signos vitales, no esta deshidratada, es una gastroenteritis. Y le digo pero no tengo vomito, ni síntomas los síntomas que eso produce (yo sé lo que una gastroenteritis desde los 6 años tengo gastritis se muy bien cuando tengo una gastroenteritis) pero la enfermera me dice lo siento pero no es una urgencia y me manda para la casa, salgo yo caminando como si fuese quasimodo (el jorobado de notre dame) porque no era capaz de estar derecha.
Y asi me toca vivir con el dolor porque no me mandan ni calmantes.
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Me encanta como lo cuentas. Animoooo
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